Julio Alfredo Egea
Se trata de dar noticia de lecciones de la Naturaleza aprendidas desde la infancia, de sutiles vivencias coleccionadas a lo largo de una vida en el campo, intentando algo que esté más allá de los conocimientos, tras las veladuras del hermoso palpitar de la tierra: una imposible historia de aromas, una imposible arqueología del trino...
Llamaba en los cristales
aquel álamo blanco
alargando su brazo,
y creían que era el viento.
En los tediosos números,
en las declinaciones
quemaba la pupila
avizora y distante
de mi niñez, y daba
una tregua al intento
definitivo, al docto
horizonte en espera,
detrás de las pizarras.
Una puerta de jaula
se abría y en una huída
de fútbol y placetas-
corría a los miradores
del campo, donde un día
encontré la primera
primavera del mundo.
¡Qué gozo en la lección
de las flores silvestres!
Multiplicaba pájaros
por estrellas, salían
soluciones exactas.
La belleza ha de ser
efímera y gratuita
para poder seguir
persiguiendo un aroma.
La luna siempre sabe
historia de luciérnagas
para su colección
de niños desvelados.
Una lengua de escarcha
forjaba en las penumbras
la geografía del junco.
Sólo aprendí la j
cuando llegó un jilguero
a pararse en mi hombro.
IF...
Rudyard Kipling
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas más odio que el odio que te tengan....
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si, al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas al triunfo, si llega tu derrota
y a los dos impostores los tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga
y se agarran contigo cuando no quede nada
porque tu los deseas y los quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.
Si llenas los minutos de cada nuevo día
con sesenta segundos de avanzar en tu vida...
Todo lo de esta Tierra será de tu dominio,
Y mucho más aún; serás HOMBRE, hijo mío

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